Bodegas para almacenar Sustancias y Residuos Peligrosos

¿Basta comprar una bodega modular para almacenamiento de sustancias peligrosas?

Hemos recibido numerosos requerimientos para obtener Resoluciones de Autorización de Almacenamiento de sustancias peligrosas, y por la misma razón es que hemos recorrido el camino que muchas personas, sin experiencia previa, han debido recorrer. Hemos escuchado y ayudado a personas que no entienden las condiciones que les exigen las Autoridades y otros tantos que han pasado malos ratos cuando han decidido adquirir bodegas modulares que han creído adecuadas para su función o negocio… nos han confesado que les da la impresión de que no paran de llegar cosas nuevas, cosas inentendibles para las que simplemente no tienen tiempo de aprender o ya perdieron las ganas de insistir derivándonos a nosotros la tarea de reconstruir la gestión que habían iniciado y que quedó inconclusa.

En esta oportunidad voy a referirme a un problema recurrente y relacionado a las bodegas modulares para almacenamiento de sustancias o residuos peligrosas, donde se han evidenciado problemas para agilizar su tramitación cuando su propósito original era todo lo contrario. Vamos a tomar un caso real como ejemplo. (Nota: omitiré nombres por razones lógicas) (Nota 2: Ahora aprenderás a cuidarte de estos problemas).

Una empresa adquirió una bodega modular para contener cantidades moderadas de sustancias peligrosas que utilizaba en sus trabajos de construcción de transformadores. Sabían que debían equiparse de una bodega por cuando es parte de los requerimientos normativos vigentes y es además fiscalizable por la Secretaría Regional Ministerial de Salud. Aquí empezó el problema.

Tomaron contacto con una de las tantas empresas que ofrecen este tipo de bodegas y confiaron en que “por ser ellos los especialistas” (palabras textuales del cliente en este caso) nunca imaginaron que se complicarían tanto los trámites. El cliente tampoco entendía eso del estudio de cargas combustibles, informe técnico a través del cual se puede establecer la capacidad de una estructura para contener la acción del fuego. La empresa que vendía esta bodega modular ya había enviado una cotización para que se les encomendara este servicio que no estaba considerado en la venta de la bodega y con el tiempo se logró corroborar que cada documento e informe técnico solicitado relacionado a la bodega en cuestión deliberadamente fue mal respondido a fin de forzar la adjudicación de otros servicios y cobros derivados de la gestión de normalización de esta bodega.

En este punto el cliente nos contactó.

Tras revisar los documentos que el cliente tenía en su poder pudimos verificar que las especificaciones técnicas que le enviaron no eran de la bodega que compró, tomaron otro modelo y lo enviaron para confundir al cliente al que no le cuadraban los planos en contraste a lo que tenía frente a él, pero seguía creyendo en quienes le vendieron la bodega. Nos comentó que no le quisieron aclarar nunca si la pintura intumescente estaba debidamente aplicada (nunca llegó un certificado que lo acreditara) y las características reales de su construcción. Jamás recibieron respuestas útiles. Finalmente debimos reconstruir todo, la bodega que vendieron no era más que una caja de metal a la espera de su regularización y mejoramiento estructural por lo que es muy probable que SEREMI hubiera negado la autorización de almacenamiento de sustancias peligrosas.

Finalmente, todo se resolvió para bien y se lograron normalizar los documentos y condiciones que eran requeridas. La Autoridad recibió los antecedentes en regla y no hubo inconvenientes en el otorgamiento de la autorización que se buscaba. Pero ojo, no bastaba con sólo comprar una bodega modular para almacenamiento de sustancias peligrosas.

Por último, y con el fin de verificar qué tan masiva es esta conducta en las empresas que están operando en este rubro, se efectuaron llamados y tomé contacto con 10 empresas de la Región Metropolitana y Región de Valparaíso, donde una de ellas tuvo respuestas insatisfactorias a los requerimientos que se le hacían y sólo un caso imponía condiciones derechamente abusivas a eventuales compradores exigiendo el pago y contratación de servicios fuera de los estrictamente necesarios.

La moraleja es simple; protege tu negocio, toma resguardos y apóyate en quienes saben.

Quedamos atentos a tus comentarios.

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